Me cuenta Glen que de joven, él y sus amigos buscaban comprar whiskey siendo menores
de edad, y que un tal "Spits" -como era apodado-, quien era mayor que ellos y que estaba
un poco mal de la cabeza, les compraba lo que querían sin buscar nada a cambio.
Glen y sus amigos le insistían en que se comprara algo para él mismo, y decentemente Spits nunca los estafó ni nada por el estilo, por lo que siguieron haciendo esas transacciones en múltiples ocasiones.
Ya mayor Glen, con un trabajo estable y todo, notaba que cuando la gentre veía a Jerry (el verdadero nombre de Spits) se asustaban y no le hablaban, lo evitaban, y sin embargo él recordaba sus bondades de años atrás y le decía:
-Eh, Jerry! Ven, ¿quieres un café o un sandwich?
Y Jerry, quien recordaba a Glen, accedía a la invitación y se sentaban a platicar mientras compartían algo de comer.
Resultó que Jerry y su hermano habían heredado dinero y tierra, pero por tener Jerry una condición mental, el hermano había ajustado cuentas en diferentes restaurantes y tiendas a donde Jerry solía acudir, y les decía "Denle lo que pida, anótenmelo y yo se los pago luego".
Jerry vivía en las calles, y años después, cuando llegaba a toparse con Glen, sonreía de oreja a oreja y se acompañaban un rato contándose historias y bebiendo café.