El que busca encuentra...

viernes, 30 de noviembre de 2012

[la de los ojos]

Verde como el agua clara...


Ocurre en este pequeño mundo que soy que me topo con otros pequeños mundos parecidos que van y vienen, que sueñan, que sonríen, que derraman lágrimas, que vuelven a casa, que andan entre bosques, que anhelan, que extrañan, que escriben, que leen, que escuchan.



De entre los raros y atesorables mundos como estos que vengo de describir, hay uno especial que me resulta a la vez ajeno y familiar. Tal es el mundo de la de los ojos. Uno anda sus senderos y se topa, sin saber si por mucho tiempo o tan sólo segundos, con una chica cuya mirada reconforta el alma: ojos verdes, rasgados, añejos, tiernos, como describiendo muy apenas a la niña que se esconde tras esa mujer que ha madurado, aprendido, disfrutado, siendo amada por los suyos, amando a los de ella.



El muy frecuentemente citado [por mi], Jorge Drexler, tiene una bella canción titulada ¨Crece¨. Así de simple. Pero su letra es profunda, es tierna, es acuosa y pura. Me permito, si el lector no lo encuentra demasiado trillado, anexar un breve fragmento de dicha letra. 

Verde
verde como el agua clara
cuando me miro en tus ojos
mi corazón se dispara...

Estos dos pequeños mundos se topan por escasos días. Son días silentes entre ellos, apenas unas breves frases. Ah, pero eso sí, las miradas se atraen; esos ojos, verdes cual planeta fértil, inexplorado, me llaman y les busco. Les encuentro, los disfruto, les temo, los intento describir, los pienso, los guardo. 

Ellos a cambio sólo son, sólo destellan, sólo embellecen el ambiente. Sólo me miran de vuelta, y con eso me basta.

martes, 16 de octubre de 2012

La musica ci fa star bene


Me gusta cuando coinciden una canción tan agradable y una mujer que tanto significa para mi.

¿Lo recuerdas?

Como fiel reflejo de esta juventud moderna ahogada en la tecnología, nos veíamos a través de una pantalla. No sólo eso; a un océano Atlántico de distancia tu oías mi voz y disfrutabas mi música.
Y yo, disfrutaba de verte bailar.
Y yo, te veía directo a los ojos, como pausando todo a mi alrededor.
Como queriendo comunicarte algo de enorme importancia tan sólo con mi vista posada en tu movimiento, en tu cabello suelto, en tu sonrisa cautivadora.

...Che bello è, quando c'è tanta gente
e la musica, la musica ci fa star bene
che bello è quando lo stadio è pieno
e la musica, la musica riempie il cielo
è una libidine è una rivoluzione
è una libidine è una rivoluzione

Pero, creo, no es momento de decirte nada. No así.
No tan lejos el uno del otro.
Mejor relajo la mirada y la intensidad del sentimiento que traigo dentro, y te miro bailar en la pantalla.

Ciao mamma es, después de todo, una canción agradable que libera el espíritu y hace sentir bien.
Y tú, una mujer que me ha cautivado desde el minuto cero

                                                       Una rivoluzione.


miércoles, 8 de agosto de 2012

Vuelves


Como un perpetuo vaivén de las olas sobre la arena
esta noche has vuelto a mis sueños.
No te he invitado, y sin embargo volviste.
No ha sido cierto, [es cierto], pero me ha hecho sentir más vivo.

Sí, definitivamente.
Si soñarte es un error, quiero volver a cometerte.



miércoles, 23 de mayo de 2012

Aquí y ahora en Ghana


Hay años que resaltan, que se imponen,
que brillan por encima del resto de los otros.
Algunos por eventos, otros por personas, unos más por amores.
Este año, el dos mil doce, marca un parteaguas en mi vida: 
es mi año en el continente negro, en Ghana, en África.

Aquí me encuentro y a veces no me doy cuenta de ello.
Ahora es mi momento, mi episodio, mi viaje, mi andanza.
Ahora conozco, descubro, hallo, revelo y comparto.
Aquí estoy, y esta precisa circunstancia, esta fase de mi vida
la vivo día a día para narrarla a detalle y con el alma encendida en llamas
a todos aquellos que quieran redescubrirla a mi lado...

miércoles, 25 de abril de 2012

Así de claro

Dos vasos con agua y hielos bajo el pretexto del calor.
La intención de besar, de volverla a sentir, de ser congruente al llamado.

Eso fue todo.

Ah, no.
Eso y la voz de Elis Regina cantando melodiosamente "mais um, só um..."

Fueron tan claros el pretexto y la intención como el contenido de los vasos.
Fue tan puro el impulso, tan sincero el momento, como el agua que bebimos.

viernes, 30 de marzo de 2012

Breve reflexión sobre el ser humano


No eres sólo huesos, carne y un fluir de sangre.

Ni millones de células con propósitos claramente definidos.


(Sí, es cierto que naces, creces, te reproduces y mueres... 
                                                           ...pero vas más allá.)


Erras, aprendes, rectificas.     

Lloras, enojas, sonríes.


Tu andar no está condicionado a un único propósito,

ni a llevarse a cabo en un mismo sitio.


Tu comunicar no es sólo para subsistir;

cantas, describes, cuentas, susurras, besas.


Tu existir  no sólo cumple funciones perfectamente codificadas;

esparce vida en ti y quienes te rodean, se embriaga con tus sentidos

te aventura en todas direcciones, se da y se comparte, y luego recibe.


Tu latir no sólo responde a instintos y necesidades,
               
                                va detrás de sueños, de amores.



                                     [Eres cuerpo y tienes alma].
                                                                                             
                                  [Eres posibilidades, trasciendes]                                                                                   



martes, 20 de marzo de 2012

Kaneshie house

Con Victoria, sonriente, agradable, perezosa

Nos hemos ido. Hemos dejado el viejo hogar de Kaneshie por situaciones ajenas a nuestras voluntades.
Mientras que algunos se quejaban de las condiciones de la casa, la suciedad, el polvo, el barrio o la iglesia estruendosa al lado, yo me quejaba únicamente de los roedores que, si bien nunca me topé con uno, era comúnmente sabido que los había por aquí o por allá. 

Nos hemos ido y Victoria se ha quedado. Ella, la primera africana con la que mantuve contacto y con quien intercambié apretón de manos y sonrisas. Ella que me enseñó mis primeras palabras en twi: adamfo/amigo, y ntomtom/mosquito. Ella a quien vi coser tantos uniformes para ganarse la vida, a quien le pagamos cada semana para que "mantuviera limpia la casa" y lavara nuestras ropas. Ella que siempre andaba de buenas, que imponía, que en alguna ocasión tarareó para mi una canción de su iglesia. 

Nos hemos ido. Así como se dice que las personas al irse dejan su esencia o estelas de su energía por los lugares en donde anduvieron, así creo también que las casas dejan su huella, su amplitud, su obscuridad, sus resplandores, la luz, viento y polvos almacenados con el paso de los años en el alma de uno. Los ratos que allí pasé, aunque hayan sido tan sólo en espacio de un mes y medio, fueron suficientes para apegarme al hogar, a su comodidad, a sus muebles viejos y sucios, a su pasillo extenso y lúgubre, al porche fresco, a mi cuarto pequeño, a mi propio baño con agua siempre fría para refrescar, a pasar las noches y sus calores con nada más que un ventilador y un abanico. 


Sí, estoy seguro de que no es una casa bonita, que no es la más cómoda, que no es la más reconfortante, pero significó mucho por ser mi refugio en mi primera vez en África. Porque bajé de un avión, emocionado, acalorado, nervioso, y mi cuarto me pareció salvaje, retador, lleno de historias de quién sabe cuántas personas más que allí hayan pasado alguna temporada. Porque como extranjero sin experiencia llegué temiendo a los mosquitos, a la malaria, y el cuarto me brindó confort; en él pasé miedos por las noches esperando no ser picado por mosquitos o arañas, en él rocié suficiente insecticida como para aplacar una plaga de paleozoicas cucarachas...


Lo recuerdo al cerrar los ojos: es de noche, no hay luz encendida más que la que llega de la iglesia de al lado, ilumina contornos de mis pertenencias y de la cama; las bocinas que usé como mesitas, el constante zumbar del ventilador. Este cuarto me vio experimentar mis primeras sensaciones en este continente lejano, mis primeros miedos, mis primeros nervios, mis primeros suspiros de melancolía. No es un cuarto que resalte por nada en especial [salvo tal vez la curiosa decoración que le pusieron], pero para mi, fue mi primer aliado, mi refugio, mi primer hogar.

Nos hemos ido y ya extraño esa mi primera cálida trinchera africana...



miércoles, 29 de febrero de 2012

Con diez años menos

Abro un viejo correo y encuentro la canción de Silvio que alguna vez me compartiste y me describe en este momento:

"quisiera haberte conocido años atrás, 
para sacar chispas del agua que me das". 

El famoso hubiera que tanto atormenta el pensar pero eleva el sentir, que llena de esperanzas pero minimiza el presente, que en términos estrictos no me sirve de nada pero me llena de todo. 

¿Qué hubiera sido si...? 

Cuántas amplias sonrisas, cuánta carcajada.
Habríamos bebido innumerables nubes y atardeceres frente a frente, comentando, leyendo, planeando.
Aquella fuerte tormenta hubiera sido completa magia 
y no sólo un motivo para guarecernos.
Mi beso: mariposas en tu estómago.
Tu beso: perpetuo resplandor.                                     
Hielo en el desierto.

Treinta y cuatro segundos flotando

 con  el corazón  acelerado...
...tal vez demasiado.

martes, 14 de febrero de 2012

Celebrar agradeciendo



Me siento frente a la pantalla.
He seleccionado algunas canciones que me recuerdan momentos especiales, no porque requiera de ellas para traer a la mente los buenos momentos que he compartido con todos ustedes, sino porque así me gusta: pensar que mi vida es una película y que su soundtrack es mágico, y cada canción merece especial atención dependiendo del capítulo que voy contando.

No he estado en un mismo lugar, cada cierto tiempo me muevo; ya sea por que la vida y sus susodichos engranajes me llevan a diversas partes, o porque me fue inculcado que el cambio es siempre positivo. No sé. Sencillamente he estado aquí y allá, y también allá, y he conocido gente maravillosa a la que he podido considerar mis amigos. Amigo es toda aquella persona que, de manera incondicional, se ofrece árbol para el nido que somos cada uno [en palabras de León Gieco]. En buenas y malas, cerca o lejos, son aquellos que sabes que te ofrecerán un buen rato sin pedir nada más que alegría a cambio. Son los que detienen el paso del tiempo, aún cuando la vida se precipita sobre nosotros. Son los que dicen mucho, o no dicen nada, pero es siempre suficiente para el corazón.

Y a cada uno de ustedes le agradezco el haber estado allí en pasado, en presente, y en futuro.

Habremos quienes nos hemos perdido un poco la huella, pero no quiere decir que etapas de mi vida se hayan olvidado fácilmente; sencillamente hemos tomado caminos distintos, a un paso diferente, pero con la misma gratitud de habernos topado antes, y la esperanza de toparnos después.

Habemos quienes mantenemos contacto frecuente, -tal vez esporádico, pero constante-, y que han venido alegrando mis últimos años de manera sublime. Les agradezco todo; sus risas, sus abrazos, sus charlas, sus vinos y quesos, sus canciones, sus noches a mi lado, sus salidas al parque, los tiros malos en billar, los cientos de kilómetros que hemos recorrido una y otra vez, los lugares y pueblos mágicos que hemos descubierto juntos, los besos, las manos sudadas, todo eso y más.

Hoy se celebra la amistad y el amor, no porque sea oficial, sino porque seguramente nunca está de más recordar que la amistad siempre está allí y a veces no nos damos cuenta. Y yo la celebro agradeciéndote, entregándome tal cual soy, con mis altas, con mis bajas, con mis comentarios sarcásticos, dolientes, con mi música, con mis bromas, con mi sentimentalismo, mi poesía, mi fotografía y mis ganas de pedirte que compartas muchos más ratos memorables a mi lado...


viernes, 3 de febrero de 2012

Desde el Continente Negro

Tomo la decisión, irme a África me servirá no sólo para generar un empuje en lo profesional, sino que me abrirá los ojos a una realidad que probablemente me ha sido ajena en mi México. Ese lado de antropólogo que no completé al decidirme por las Relaciones Internacionales me llama, me quiere allá por alguna razón, porque debo ver, porque debo conocer más, y claro, aprovecho y lo mezclo con algo internacional y sale la opción de irme. Muchos me dicen que si quiero dejar huella, puedo dejarla en donde sea que me pare, -y México tiene muchísimas carencias- sin embargo es ese empuje de lo que estudié que me lanza a la aventura, al aprendizaje, al dejar lo cómodo y lo seguro por lo incierto, por nuevas amistades, por nuevos rostros, por nuevos aires.

Sí, estoy seguro que nada aquí me es conocido; los rostros son diferentes, las miradas penetran, se respira un aire cargado de historia, de lucha constante por salir adelante, un aire cálido que desde que sale el sol hasta que se esconde, me enseña las delicias de refrescarme con agua. Nada me es conocido, y aún así tantas similitudes con México; un pueblo que trabaja desde temprano, chicos y chicas que venden todo tipo de artículos en la calle [con la bonita diferencia de que cargan todo sobre la cabeza], changarros callejeros en donde se come por menos, tráfico, movimiento de personas, un exceso visual de gente, coches, muebles, chatarra, camioncitos.

Esto apenas comienza, y ya me va gustando. Descubro cada día algo nuevo, algo emocionante, y me redescubro a mi paso a paso; he llegado al Continente Negro con expectativas, seguramente me iré de él con conocimientos y apertura de mente y corazón.

¿Para qué estamos en el mundo si no es para aprender y compartir lo que somos?