Encierro (sobre devenir viejo)

Me encierro en este pequeño mundo que soy y un pensamiento invade mi tranquilidad:
algún día, en muchos años, todas las personas que me rodean y yo seremos viejos. Los que ahora son mayores probablemente ya no estén en este mundo, y quién sabe si vayan a dejar buenos recuerdos, huellas benévolas.

Sí, algún día (como cada año, como cada década, como ha venido siendo y será) seré yo un viejo que camine por los parques, que busque sentarse tranquilamente a pensar, a reflexionar, a leer.
Sí, seguramente tendré nietos a quienes enseñaré el mundo y sus maravillas.

Sí, es un hecho que yo y todos los seres que rodean y llenan mi vida, habremos de pasar a retirarnos...

Cambiar las cosas o morir en el intento

Sólo quería compartir esta imagen que me pareció absolutamente cierta.

Bueno, nunca hay que absolutizar, pero al menos me pareció que es algo
que me motiva, que me hace reflexionar y darme cuenta de que yo sí
quiero cambiar las cosas, aunque sea un poco, para que los míos y los
de mis seres queridos tengan aún un mundo que los asombre y puedan
-aún- compartirlo entre ellos.


Igualmente dejo una frase de Eduardo Galeano que me llegó:

"Son cosas chiquitas.
No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo,
no socializan los medios de producción y de cambio,
no expropian las cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos.
Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un poquito,
es la única manera de probar que la realidad es transformable".