El que busca encuentra...

viernes, 30 de noviembre de 2012

[la de los ojos]

Verde como el agua clara...


Ocurre en este pequeño mundo que soy que me topo con otros pequeños mundos parecidos que van y vienen, que sueñan, que sonríen, que derraman lágrimas, que vuelven a casa, que andan entre bosques, que anhelan, que extrañan, que escriben, que leen, que escuchan.



De entre los raros y atesorables mundos como estos que vengo de describir, hay uno especial que me resulta a la vez ajeno y familiar. Tal es el mundo de la de los ojos. Uno anda sus senderos y se topa, sin saber si por mucho tiempo o tan sólo segundos, con una chica cuya mirada reconforta el alma: ojos verdes, rasgados, añejos, tiernos, como describiendo muy apenas a la niña que se esconde tras esa mujer que ha madurado, aprendido, disfrutado, siendo amada por los suyos, amando a los de ella.



El muy frecuentemente citado [por mi], Jorge Drexler, tiene una bella canción titulada ¨Crece¨. Así de simple. Pero su letra es profunda, es tierna, es acuosa y pura. Me permito, si el lector no lo encuentra demasiado trillado, anexar un breve fragmento de dicha letra. 

Verde
verde como el agua clara
cuando me miro en tus ojos
mi corazón se dispara...

Estos dos pequeños mundos se topan por escasos días. Son días silentes entre ellos, apenas unas breves frases. Ah, pero eso sí, las miradas se atraen; esos ojos, verdes cual planeta fértil, inexplorado, me llaman y les busco. Les encuentro, los disfruto, les temo, los intento describir, los pienso, los guardo. 

Ellos a cambio sólo son, sólo destellan, sólo embellecen el ambiente. Sólo me miran de vuelta, y con eso me basta.