El que busca encuentra...

miércoles, 29 de febrero de 2012

Con diez años menos

Abro un viejo correo y encuentro la canción de Silvio que alguna vez me compartiste y me describe en este momento:

"quisiera haberte conocido años atrás, 
para sacar chispas del agua que me das". 

El famoso hubiera que tanto atormenta el pensar pero eleva el sentir, que llena de esperanzas pero minimiza el presente, que en términos estrictos no me sirve de nada pero me llena de todo. 

¿Qué hubiera sido si...? 

Cuántas amplias sonrisas, cuánta carcajada.
Habríamos bebido innumerables nubes y atardeceres frente a frente, comentando, leyendo, planeando.
Aquella fuerte tormenta hubiera sido completa magia 
y no sólo un motivo para guarecernos.
Mi beso: mariposas en tu estómago.
Tu beso: perpetuo resplandor.                                     
Hielo en el desierto.

Treinta y cuatro segundos flotando

 con  el corazón  acelerado...
...tal vez demasiado.

martes, 14 de febrero de 2012

Celebrar agradeciendo



Me siento frente a la pantalla.
He seleccionado algunas canciones que me recuerdan momentos especiales, no porque requiera de ellas para traer a la mente los buenos momentos que he compartido con todos ustedes, sino porque así me gusta: pensar que mi vida es una película y que su soundtrack es mágico, y cada canción merece especial atención dependiendo del capítulo que voy contando.

No he estado en un mismo lugar, cada cierto tiempo me muevo; ya sea por que la vida y sus susodichos engranajes me llevan a diversas partes, o porque me fue inculcado que el cambio es siempre positivo. No sé. Sencillamente he estado aquí y allá, y también allá, y he conocido gente maravillosa a la que he podido considerar mis amigos. Amigo es toda aquella persona que, de manera incondicional, se ofrece árbol para el nido que somos cada uno [en palabras de León Gieco]. En buenas y malas, cerca o lejos, son aquellos que sabes que te ofrecerán un buen rato sin pedir nada más que alegría a cambio. Son los que detienen el paso del tiempo, aún cuando la vida se precipita sobre nosotros. Son los que dicen mucho, o no dicen nada, pero es siempre suficiente para el corazón.

Y a cada uno de ustedes le agradezco el haber estado allí en pasado, en presente, y en futuro.

Habremos quienes nos hemos perdido un poco la huella, pero no quiere decir que etapas de mi vida se hayan olvidado fácilmente; sencillamente hemos tomado caminos distintos, a un paso diferente, pero con la misma gratitud de habernos topado antes, y la esperanza de toparnos después.

Habemos quienes mantenemos contacto frecuente, -tal vez esporádico, pero constante-, y que han venido alegrando mis últimos años de manera sublime. Les agradezco todo; sus risas, sus abrazos, sus charlas, sus vinos y quesos, sus canciones, sus noches a mi lado, sus salidas al parque, los tiros malos en billar, los cientos de kilómetros que hemos recorrido una y otra vez, los lugares y pueblos mágicos que hemos descubierto juntos, los besos, las manos sudadas, todo eso y más.

Hoy se celebra la amistad y el amor, no porque sea oficial, sino porque seguramente nunca está de más recordar que la amistad siempre está allí y a veces no nos damos cuenta. Y yo la celebro agradeciéndote, entregándome tal cual soy, con mis altas, con mis bajas, con mis comentarios sarcásticos, dolientes, con mi música, con mis bromas, con mi sentimentalismo, mi poesía, mi fotografía y mis ganas de pedirte que compartas muchos más ratos memorables a mi lado...


viernes, 3 de febrero de 2012

Desde el Continente Negro

Tomo la decisión, irme a África me servirá no sólo para generar un empuje en lo profesional, sino que me abrirá los ojos a una realidad que probablemente me ha sido ajena en mi México. Ese lado de antropólogo que no completé al decidirme por las Relaciones Internacionales me llama, me quiere allá por alguna razón, porque debo ver, porque debo conocer más, y claro, aprovecho y lo mezclo con algo internacional y sale la opción de irme. Muchos me dicen que si quiero dejar huella, puedo dejarla en donde sea que me pare, -y México tiene muchísimas carencias- sin embargo es ese empuje de lo que estudié que me lanza a la aventura, al aprendizaje, al dejar lo cómodo y lo seguro por lo incierto, por nuevas amistades, por nuevos rostros, por nuevos aires.

Sí, estoy seguro que nada aquí me es conocido; los rostros son diferentes, las miradas penetran, se respira un aire cargado de historia, de lucha constante por salir adelante, un aire cálido que desde que sale el sol hasta que se esconde, me enseña las delicias de refrescarme con agua. Nada me es conocido, y aún así tantas similitudes con México; un pueblo que trabaja desde temprano, chicos y chicas que venden todo tipo de artículos en la calle [con la bonita diferencia de que cargan todo sobre la cabeza], changarros callejeros en donde se come por menos, tráfico, movimiento de personas, un exceso visual de gente, coches, muebles, chatarra, camioncitos.

Esto apenas comienza, y ya me va gustando. Descubro cada día algo nuevo, algo emocionante, y me redescubro a mi paso a paso; he llegado al Continente Negro con expectativas, seguramente me iré de él con conocimientos y apertura de mente y corazón.

¿Para qué estamos en el mundo si no es para aprender y compartir lo que somos?