El que busca encuentra...

lunes, 21 de febrero de 2022

Out of Africa

Me quedo dormido y para cuando vuelvo a abrir los ojos no me toca ver el fin del continente y el inicio del Mediterráneo, lo cual es una lástima. África ha quedado atrás, y con ello mi año en Ghana, los amigos, la familia, las playas, la diplomacia africana, los hombres y mujeres que en estado natural se dejan llevar por el ritmo. Me da tristeza pero me emociona saberme ya más cerca de Europa, pronto veo que culmina el Mediterráneo y comienza España. Desde los aires se nota el desarrollo, las carreteras, el orden, la organización de territorios, terrenos, aquí algunos sembradíos, allá viñedos, edificios. Madrid se asoma y aterrizamos sin ningún problema; se nos avisa que hace frío y que el aeropuerto se encuentra prácticamente desierto por el paro de Iberia.

 

Nos toca recorrer el aeropuerto entero para ir a obtener las maletas, migración no me dice nada y me desea una feliz estancia. Me siento contento de estar pisando lo que durante el año llamé “Oxidante” [Occidente], en donde todo funciona, en donde estás seguro, pero inmediatamente reparo en el hecho que todo es seriedad, todo es silencio, todo es monótono, monocromo. Casi pudiera decir que me parece un lugar inhóspito: hace muchísimo frío, y aunque traigo puesto el blázer negro y una camisa de manga larga, no parece ser suficiente. Es definitivo, he dejado atrás la calidez africana en todos sus sentidos, y se extiende ante mi un frívolo Madrid. Pero Madrid, es otra historia.


-Escrito hace 9 años, al dejar Ghana-.