Dos vasos con agua y hielos bajo el pretexto del calor.
La intención de besar, de volverla a sentir, de ser congruente al llamado.
Eso fue todo.
Ah, no.
Eso y la voz de Elis Regina cantando melodiosamente "mais um, só um..."
Fueron tan claros el pretexto y la intención como el contenido de los vasos.
Fue tan puro el impulso, tan sincero el momento, como el agua que bebimos.
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