El que busca encuentra...

miércoles, 5 de marzo de 2014

Una confesión repentina

Hemos cenado, hemos bebido, nos hemos acabado tu botella de Cova do Anxel que has traído de Vigo. En el bar quedamos muy pocos, cinco a lo mucho. Nos retiramos, pero en lo que voy a subirme al coche me llamas y me acerco a ti. Me dices que tienes una confesión que hacerme, y consiste en que al inicio te gusté, pero por miedo a arruinar las cosas, preferiste no hacer nada. Yo, la verdad sorprendido, no sé qué hacer. Te veo cerca. Habíamos hablado de manos y labios, de formas y sensualidades, y ahora, justo frente a mí y tras una confesión tal, algo me dice que debería besar esos labios tan tentadores.

Pero no lo hago. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario